miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pileta

Parece que el miércoles va a ser para pileta.
Parece que para tirarse a la pileta hay que estar listo, preparado, ya...

Parece que no es para todos todo, ni para todas y todos, mucho menos. Algunas veces la nada es lo único que flota entre las letras impunes de un teclado gastado.

Pasan los días entre nadas cotidianas, de vez en cuando un poco de algo, como para creer que el ruido es melodía. Pero se cae de maduro, a esta altura comprar gato por liebre es por gusto, no se puede aducir ingenuidad.

Sin embargo, hay que sostener el ritmo, sea ruido o música, bailar sin parar porque si perdés el equilibrio te podés caer a la pileta, que difícilmente tenga agua para que retoces cual delfincito feliz.

Y así pasan las estaciones. Y dónde están la contundencia, la intensidad, la apasionante voluntad de que mañana sea otro día... pues, no sé... pero en algún lugar están, porque los días continúan andando de un lado a otro, en cíclicas continuidades.

Los jacarandás están florecidos, la morera que está frente a mi casa ya me ensució los pies, casi casi que florece Cleo, y parece que las preguntas siguen siendo las mismas de todos los años...

A buscar la malla y a subir el volumen...

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